Comentario
En relación probable con el área cantábrica, en la provincia de Burgos se encuentran las cuevas de Atapuerca (Ibeas), cabeza de caballo pintada; Penches (Barcina de los Montes), cápridos grabados y restos de pinturas; y el conjunto cárstico de Ojo Guareña (Sotoscueva). Esta es una cavidad con varios kilómetros de desarrollo y diversas entradas. A 300 metros de la entrada de La Palomera se halla un pequeño santuario paleolítico en una extensión de 30 metros lineales. Su inventario incluye: un ciervo, tres uros, cuatro caballos, un posible mamut, dos indeterminados y unos treinta signos formados casi todos por triángulos negros acompañados de algún bastoncillo. Se trata de un estilo diferente al general del arte paleolítico, con un cierto parentesco con algunas de las cuevas del bajo valle del Ródano. El complejo tiene otras manifestaciones artísticas que, o no son paleolíticas, o no encajan con las formas conocidas.
En la meseta central se halla la cueva de Los Casares (Riba de Saelices, Guadalajara), localizada por F. Layna Serrano y publicada en 1934 por J. Cabré y M. E. Cabré Herreros. Contiene ciento dieciocho figuras grabadas: grandes bóvidos, mamut, antropomorfos que constituyen una escena de pesca, un glotón, etc. Muy cerca se encuentra la cueva de La Hoz (Santa María del Espino), con diversos signos y cuatro caballos, todo grabado y en regular estado de conservación. Un tipo de grabado parecido sirvió para representar los catorce caballos de la cueva de La Griega (Pedraza, Segovia), estudiada primero por M. Almagro Gorbea y luego por G. Sauvet. Un santuario al aire libre está atestiguado por un magnífico caballo grabado mediante punteado en el lugar de Domingo García (cerca de Santa María la Real de Nieva, Segovia). En la provincia de Madrid se halla la cueva del Reguerillo (Torrelaguna) con varias figuras grabadas mal conocidas.
En la parte occidental de la Península se encuentra la cueva de Maltravieso (Cáceres), con unas treinta manos mutiladas, junto con algunos signos punteados rojos y unos pocos grabados, todo del Estilo IV antiguo.
En territorio portugués hay que citar, al norte, el santuario al aire libre de Mazouco (Freixo de Espada-á-Cinta, Bragança), con tres grabados representando caballos, dos de ellos muy incompletos, que dieron a conocer S. y O. Jorge y sus colaboradores. Probablemente formando grupo con Maltravieso, hay que citar asimismo la cueva de Escoural (Evora) con una docena de pinturas y grabados de edad incierta, en parte probablemente paleolíticos, estudiados por M. Farinha dos Santos y sus colaboradores.
En el resto de la Península las cuevas con arte paleolítico están dispersas en una docena de sitios por la España oriental y Andalucía. En el futuro, la exploración de los sistemas cársticos, cuevas y covachos de este vasto territorio, proporcionará sin duda nuevos hallazgos de arte paleolítico o de tiempos posteriores. En la zona del Ebro se encontraban las figuras actualmente desaparecidas de la cueva de La Moleta de Cartagena (San Carlos de la Rápita, Tarragona) con la enigmática asociación de un bóvido de tipo paleolítico antiguo y en posición vertical, junto con unos amplios trazos en los que se quiso ver una figura humana del tipo del arte levantino, lo que es muy inseguro.
En el País Valenciano destaca el nombre del Parpalló (Gandía, Valencia) con sus plaquetas pintadas o grabadas, o con una combinación de ambas técnicas, con algunas obras excepcionales. El yacimiento fue excavado por L. Pericot en los años treinta. El número de plaquetas encontradas rebasa las 5.000, con un repertorio iconográfico impresionante. En total son 5.968 caras de plaqueta decoradas, de ellas 874 con pintura, 556 con pintura y grabado, y 4.538 con sólo grabados. En la misma región hay otras cuevas con alguna muestra de arte mueble: Les Mallaetes (Barig, Valencia), Cova del Barranc (Fleix, Alicante), Cova del Tossal de la Roca (Valí d'Alcalà, Alicante), etc.
El primer santuario en cueva del País Valenciano ha sido descubierto por M. S. Hernández Pérez hace poco tiempo en la Cova Fosca (La Vall d´Ebo, Alicante), cuya galería principal está cubierta por finas y abundantes incisiones rectilíneas o formando figuras geométricas, además de diversas representaciones zoomorfas -bóvidos, équidos y cérvidos- que pueden incluirse en los Estilos II y III de Leroi-Gourhan.
En la provincia de Albacete se halla la cueva del Niño (Ayna), que presenta en la entrada una serie de figuras levantinas y en el interior otras -ciervos, cabras- que constituyen un santuario paleolítico. El conjunto fue dado a conocer por M. Almagro Gorbea.
En la provincia de Almería, en el lugar de Piedras Blancas (Escuellar), Tulio Martínez ha descubierto hace poco tiempo un magnífico caballo, vigorosamente grabado al aire libre.
La cueva más septentrional del grupo andaluz es la del Morrón (Jimena, Jaén), con dos cápridos, uno rojo y otro negro, figuras estudiadas por M. G. López Payer y M. Soria. Más al sur están las cuevas malagueñas de El Toro, La Cala, Ardales, Nerja y La Pileta.
De dicha cueva de La Pileta, descubierta en 1911 por W. Verner y T. Bullón, y publicada por Obermaier, Breuil y Verner con el título de "La Pileta á Benaojan" en 1915, se han dado a conocer casi un centenar de figuras paleolíticas. Su inventario es el siguiente: 22 caballos, 22 cabras monteses, 12 uros, 15 cérvidos, 6 peces, 1 bisonte, varios indeterminados y numerosos signos, algunos muy peculiares. El conjunto puede ser atribuido al Estilo III. Esta caverna contiene también una gran cantidad de pinturas esquemáticas de color negro que son del Eneolítico o de la Edad del Bronce.
La caverna de Nerja, en el pueblo del mismo nombre, contiene algunas representaciones de peces, algunas figuras de animales y una serie de pequeños signos asociados a banderas estalagmíticas que parecen constituir un litofono.